Llega a las librerías El abad de los locos, obra ganadora de la 2ª edición del Premio de Novela Histórica de Vallirana (Barcelona), nacida de la pluma de Montserrat Rico Góngora, autora de numerosas obras como La abadía profanada (2007). El abad de los locos es una historia que impresionó al jurado del Premio de Vallirana «por su gran riqueza al recrear el lenguaje y la sociedad de la época, así como por su impecable técnica literaria, que consigue situar la novela como una digna sucesora de la mejor tradición de la novela picaresca y de humor, con un trasfondo de crítica social».
En la Barcelona de 1714, asediada por las tropas de Felipe V, una bala de cañón impacta en un convento y deja a la vista, entre sus ruinas, el cuerpo intacto de uno de los personajes protagonistas de esta historia: Anna Escriche. Estamos ante un presunto milagro que Galcerán de Viladrau, narrador-protagonista de este relato, será el único capaz de aclarar, remontándose a la Cataluña rural de treinta años atrás, en el pueblo de Rupit mediante el uso del recurso de la analepsis (flash-back).
Escribe Montserrat Rico Góngora, en boca de Galcerán: «No fenecemos cuando el último puñado de tierra nos cubre con su ignominia, sino en el instante trágico en que nos apagamos en la última de las memorias». Y es desde la memoria de Galcerán de Viladrau que se da a conocer al lector lo acontecido en Rupit. Galcerán nos narra su agitada biografía, desde su juventud más temprana. Hijo de catalanes huidos a Francia tras la anexión del territorio catalán por el rey Luis XIII, debe regresar para reclamar la herencia de su tío, el abad de los locos. Allí vivirá una serie de peripecias, algunas más propias de un pícaro y otras más cercanas al misticismo y las supersticiones.
En Rupit conocerá a Anna Escriche, de la que se enamora perdidamente. Anna pasará a ser el centro de un debate común en la España rural del siglo XVII: la brujería. Una cuestión que traspasa los muros de la ficción para trasladarse a la historia, tal y como se recoge en los numerosos documentos que narran el proceso inquisitorial de 1620, celebrado en el mismo pueblo donde transcurre la narración y en el que se ha inspirado Montserrat Rico. Se dictó contra varias presuntas brujas y brujos, entre ellos Joan Boherats, conocido como el «monje viejo de Rupit», Joana Trías y Eufresina Puig. Su trágico desenlace dejó una profunda huella en la población, como ocurrió en muchas otras en la misma época.
De forma paralela, Montserrat Rico refleja, en una segunda subtrama, las traiciones entre vecinos ocurridas a favor o en contra de la ocupación francesa, durante la Sublevación de Cataluña de 1640, comúnmente conocida como Guerra dels Segadors. Rupit, por su recóndita situación geográfica al pie de unas montañas, se convierte en una zona estratégica en el conflicto.
Montserrat Rico resume así sus intenciones: «La novela tiene mucho de drama en el juego sempiterno del amor y el desamor, pero rezuma, gracias a la galería de sus personajes, el gracejo, la picaresca y la frescura popular que tanto lustre le dieron a la literatura del Barroco». Y es que, como bien sintetiza su narrador-protagonista: «En el fondo, esta ha de ser una crónica de hilachos, unas veces frívolos o festivos, y otras veces dramáticos, porque nacemos con el llanto y la sonrisa impresos».