La escritora, historiadora y ensayista Montserrat Rico Góngora regresa a la novela histórica con su nueva obra, “1526. El emperador debe morir”, ambientada en la estancia de Carlos V en la Alhambra granadina en el verano de ese año para celebrar su luna de miel con Isabel de Portugal. En un reino nazarí derrotado pocas décadas atrás, con un ambiente de recelos y venganza, uno de los invitados a los festejos fallece después de beber de una copa que le ofrece el propio emperador. Parece un claro intento de acabar con la vida de un hombre poderoso, el César de la cristiandad, que tiene muchos enemigos. La autora nos ofrece en las páginas de esta trepidante novela la oportunidad de recorrer las calles de la Alhambra y la ciudad de Granada en una época fascinante.
“A menudo, parece inevitable plantearse qué distinta habría sido nuestra historia si el largo proceso de la Reconquista no hubiera acaecido, si la natural convivencia de los pobladores peninsulares, de distintos credos, no se hubiera visto sacudida por el afán de proclamar “usurpadores” y “usurpados” por los estrictos criterios de la fe”, comenta la escritora, quien describe un escenario lleno de intrigas y malestar social. “En el verano de 1526 se dieron cita en la Alhambra, convocados por el festejo o por las exigencias de la política internacional, todos los enemigos declarados del emperador, circunstancia que se ha prestado a dar realismo a esta novela que, siendo ficción, bordea los límites -y acaso los rebasa- de la exacta realidad. ¿Pudo orquestarse en esos días una conspiración en la Alhambra para atentar contra la vida del César? Posiblemente sí, aunque las cosas que no trascienden nunca se registran en los anales de la Historia, como diría uno de sus protagonistas”.
Una novela fascinante en la que también se viven historias de amor en paralelo a las intrigas de palacio.
